Miércoles, 02 Mayo 2012 11:21

Atractivo patrimonio histórico para turistas que visitan zona Andino-Lacustre

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Conocido por los habitantes como “El molino Ruedi”, la estructura que se conserva íntegramente desde cómo se construyó hasta el día de hoy, será inaugurado oficialmente en el “Día del Patrimonio Cultural” (27 de mayo), como una forma de preservar la cultura y memoria de la comuna, en beneficio de toda la región y del país, el cual podrá ser visitado también por turistas que se acerquen hasta la ciudad inmersa en la zona turística Andino-Lacustre.

“Es muy importante reforzar desde el punto de vista de atractivos, en lo que son las experiencias de cultura y patrimonio, lo que es la ruta andino-lacustre. El gran significado que tiene el poder constituir un museo como el molino en la ciudad de Curacautín, es precisamente entregarle un valor agregado a los atractivos de naturaleza, de turismo aventura a la comuna Curacautín”, señaló el Director Regional de Turismo de La Araucanía, Sebastián Álvarez.

Este molino, que en un principio se llamó “Cura Cautín” en su primera constitución de sociedad, se trata del antiguo molino que lleva por nombre a uno de los principales productores de harina del país: Pablo Ruedi Branger. Es así como hoy, el molino “San Pablo”, es uno de los molinos más imponentes, con una arquitectura original de 5 de pisos, que fue utilizado hasta el año 2000 para producción de harina en la comuna.
“Este museo conserva todas sus maquinarias en perfectas condiciones y su intensión es albergar todo el material histórico y fotográfico, que hemos recopilado ya prácticamente por 12 años. Todo ese material, más todos libros quedan acá. El tacto cultural hacia la comuna es fuerte”, indicó Patricia Mora, investigadora voluntaria de la historia de Curacautín y directora del museo “San Pablo”.
La maquinaria del molino fueron origen alemán y se encuentran actualmente todas en buen estado. Funcionaron para la producción de harina acorde a las propiedades de las leyes naturales de la gravedad; la cual logó hacer recorrer en sus 5 pisos, los trigos extraídos desde los campos de Curacautín. Maravilla industrial de la época que movía al trigo desde una sección del molino a otra.
“¡Qué (recuerdos) no me podría traer aquí! Trabajé tanto tiempo aquí y encontrarme después de 30 años, acá de vuelta, para mí es una tremenda nobleza, en todo sentido. Yo compartía con todo el pueblo, yo atendía a todo el pueblo y todo el tiempo así, porque el trabajo de uno es atender bien al público, contento por uno y cariñoso con uno”, expresó emocionado el ex trabajador del molino “San Pablo”, Miguel Riquelme.
Emplazado en la calle Sargento Aldea, la historia del edificio que hizo crecer a la comuna de Curacautín, se remonta al año al año 1896 con su principal aporte a la ciudad: la electrificación del pueblo de Curacautín.
“Es importante que la gente reconozca su historia, que es el punto de identificación que tiene. No tenemos muchos atributos culturales acá en Curacautín, pero es importante rescatar éste, que es el inicio de la ciudad, su historia y que se va a transformar en un museo, lo que significa para la gente se motive y emprenda acciones de desarrollo para la comuna y le tome amor a su comuna”, destacó Roberto Lee, presidente de la Corporación de Desarrollo de Curacautín (Cordecur).
Este rescate del patrimonio histórico cultural en beneficio de turistas que visiten el molino “San Pablo”, se gestó gracias a su actual propietaria, María Elena Sola Ruedi. Gracias al interés de la familiar directa de Pablo Ruedi en apoyar esta iniciativa, desde hoy será posible lograr un museo para Curacautín que en sí ya posee historia propia sobre la misma ciudad.
“Muchos curacautinenses lo vivieron en su oportunidad y hoy están experimentando las vivencias de años atrás en el sentido de venir a comprar la harina, ver cómo operaba y sobre todo poder observar las maquinarias y vio o tenía conocimiento de cómo era que operaba el sistema de la harina en el molino Ruedi de Curacautín”, finalizó el concejal de la comuna de Curacautín, Juan Carlos Beltrán.

“Es muy importante reforzar desde el punto de vista de atractivos, en lo que son las experiencias de cultura y patrimonio, lo que es la zona andino-lacustre. El gran significado que tiene el poder constituir un museo como el molino en la ciudad de Curacautín, es precisamente entregarle un valor agregado a los atractivos de naturaleza, de turismo aventura a la comuna Curacautín”, señaló el Director Regional de Turismo de La Araucanía, Sebastián Álvarez.

Este molino, que en un principio se llamó “Cura Cautín” en su primera constitución de sociedad, se trata del antiguo molino que lleva por nombre a uno de los principales productores de harina del país: Pablo Ruedi Branger. Es así como hoy, el molino “San Pablo”, es uno de los molinos más imponentes, con una arquitectura original de 5 de pisos que fue utilizado hasta el año 2000 para producción de harina en la comuna.

“Este museo conserva todas sus maquinarias en perfectas condiciones y su intensión es albergar todo el material histórico y fotográfico, que hemos recopilado ya prácticamente por 12 años. Todo ese material, más todos libros quedan acá. El tacto cultural hacia la comuna es fuerte”, indicó Patricia Mora, investigadora voluntaria de la historia de Curacautín y directora del museo “San Pablo”.

La maquinaria del molino fueron de origen alemán y se encuentran actualmente todas en buen estado. Funcionaron para la producción de harina acorde a las propiedades de las leyes naturales de la gravedad; la cual logró hacer recorrer en sus 5 pisos, los trigos extraídos desde los campos de Curacautín. Maravilla industrial de la época que movía al trigo desde una sección del molino a otra.

“¡Qué recuerdos no me podría traer! Trabajé tanto tiempo aquí y encontrarme después de 30 años, acá de vuelta, para mí es una tremenda nobleza en todo sentido. Yo compartía con todo el pueblo, yo atendía a todo el pueblo y todo el tiempo así, porque el trabajo de uno es atender bien al público, contento por uno y cariñoso con uno”, dijo Miguel Riquelme, un emocionado ex trabajador del molino.

Emplazado en la calle Sargento Aldea, la historia del edificio que hizo crecer a la comuna de Curacautín, se remonta al año al año 1896 con su principal aporte a la ciudad: la electrificación del pueblo de Curacautín.

“Es importante que la gente reconozca su historia, que es el punto de identificación que tiene. No tenemos muchos atributos culturales acá en Curacautín, pero es importante rescatar éste, que es el inicio de la ciudad, su historia y que se va a transformar en un museo, lo que significa para la gente se motive y emprenda acciones de desarrollo para la comuna y le tome amor a su comuna”, destacó Roberto Lee, presidente de la Corporación de Desarrollo de Curacautín (Cordecur).

Este rescate del patrimonio histórico cultural en beneficio de turistas que visiten el molino “San Pablo”, se gestó gracias a su actual propietaria, María Elena Sola Ruedi. Gracias al interés de la familiar directa de Pablo Ruedi en apoyar esta iniciativa. Desde hoy será posible lograr un museo para Curacautín que en sí ya posee historia propia sobre la misma ciudad.

“Muchos curacautinenses lo vivieron en su oportunidad y hoy están experimentando con las vivencias de años atrás en el sentido de venir a comprar la harina, ver cómo operaba y sobre todo poder observar las maquinarias y cómo era que operaba el sistema de la harina en el molino Ruedi de Curacautín”, destacó el concejal de la comuna de Curacautín, Juan Carlos Beltrán.

Hoy, el Molino se encuentra abierto a todo público y espera a cientos de turistas que visitan la zona Andino-Lacustre.

 

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